Algunos apuntes de la rueda de prensa

 

“Tras casi 15 años ofreciendo el espectáculo «Plaza Dantza» y con el 50 aniversario del grupo como motivo de excusa, el año pasado nos juntamos un grupo de músicas y músicos y nos planteamos la posibilidad de grabar algunas piezas que hemos estado tocando a lo largo de estos años.

 

Por un lado, nos pedimos que en la medida de lo posible los contenidos de este trabajo fueran inéditos (al menos los arreglos son así); por otro, que el trabajo realizado por los músicos amateurs tuviera un resultado profesional. Y, como si de otro lado de ese poliedro se tratara, debía reunir melodías que hoy en día no se bailan -o se bailan poco- en nuestro país.

 

Grabar músicas tradicionales para bailar tiene motivos muy valiosos. En primer lugar, contribuye a preservar y fomentar la cultura y las tradiciones de una comunidad, asegurando de alguna manera que las generaciones futuras puedan disfrutar y aprender de ellas. Además, como la música tradicional tiene ritmos y melodías que invitan a la gente a bailar, permite un ambiente festivo y conexiones sociales.

 

Asimismo, una grabación puede llegar a un público más amplio, dando la opción a personas de otros lugares y culturas de descubrirla y valorarla. Y por último, y no menos importante, es una expresión artística, y como tal, puede ser muy agradable tanto para músicas como para oyentes y/o dantzaris. Porque la música tiene ese poder de juntar a las personas y hacerlas bailar (o por lo menos moverse) al ritmo”.

 

Datos técnicos

 

En el disco Plaza dantza han participado 29 músicas y músicos, cantantes, además del dantza maisua locutando los pasos. Hemos grabado el trabajo en Estudios K con Alberto Porres (junio-julio de 2024).

 

Grabamos de uno en uno, sobre una guía. Esto, tras la grabación, nos ha permitido ajustar todos los instrumentos según estilo, fuerza, dinámicas, volúmenes… y así hemos aportado esa expresividad que hemos querido transmitir con nuestra música.

 

Han participado músicos de varias generaciones de Ortzadar, y por otro lado, también nos han ayudado músicas y músicos de otros grupos con los que tenemos estrecha relación.

 

Por otro lado, el diseño, realizado por Josune Elizalde. Nosotros le dimos la idea, cuál era el sentido, la razón, la visión del disco, y ella ha representado y recogido con maestría las hojas simbólicas que pueden ser las notas de la propia música, así como las huellas de los pasos de los dantzaris, que se fijan en el suelo mientras bailan.

 

El usb recoge 22 piezas de todo tipo (mazurcas, ezkotix, biribilketas, polkas, jautzis…), y el libreto que le acompaña da cuenta de los motivos de esa selección.

 

“Lanzamos este trabajo con un claro deseo: que sigamos bailando en las plazas, que no desaparezca la danza de la plaza, que podamos abordar esta expresión en el sentido más profundo de la comunidad y de la participación (lejos de espectáculos más pasivos y orquestados)”.

 

“Muchas veces mencionamos el término de patrimonio inmaterial y es porque eso es lo que somos. Estamos en constante evolución. Desde melodías empleadas en liturgias religiosas hasta las óperas más recatadas, pasando por las mayores orquestaciones de la historia, en algún momento se han basado en música y danzas populares”.

 

«Pero lo nuestro no es una charanga, es algo que hemos tenido que explicar muchas veces, la nuestra es tipo de orquesta de música; la fanfarre recoge instrumentos que de otra manera no se acogen, y tenemos que cuidar ese espacio. Porque no hay infinidad de fanfarres y nosotros, afortunadamente, tenemos una desde los inicios, hace, ahora, 50 años».